Elevando la voz del usuario: Sistemas de retroalimentación en psicoterapia.

Centro MIP, presento interés en describir la experiencia de implementar un sistema de retroalimentación sistemática del cliente sobre los resultados del tratamiento en un centro de entrenamiento de terapeutas en Chile usando la escala ORS (Outcome Rating Scale) y SRS (Session Rating Scale), pudiendo de esta manera llevar a la práctica el uso de estos sistemas de retroalimentación, buscando así que la voz y necesidades más profundas del cliente puedan ser escuchadas y atendidas.

La muestra utilizada para este estudio, fueron casos atendidos entre los años 2011 y 2017. El número total de casos atendidos durante este periodo fue de 89, pese a esto la muestra final estuvo compuesta por 58 casos. La muestra tuvo un promedio de 7 sesiones en sus procesos psicoterapéuticos a cargo de distintos terapeutas, titulados de psicólogos, cursando segundo año de postítulo de entramiento en terapia estratégica breve.

En promedio, la edad de los participantes de este estudio fue de 33,2 años, en un rango de 18 a 64. 47 participantes se identificaron con género femenino y 11 como masculino. Adicionalmente, destacar que todos los participantes del estudio fueron atendidos de manera ambulatoria y que ninguno presentaba trastornos psicóticos, orgánicos o relacionados a uso de sustancias. Todos firmaron previamente un consentimiento informado, donde se les explicaron todos los detalles del estudio y sus derechos como participantes. Para desarrollarse este estudio, las sesiones fueron realizadas en el contexto de cámara de Gesell, teniendo al otro lado del espejo unidireccional, al menos un supervisor acreditado y dos supervisores en formación.

En cuanto a los resultados descriptivos, en lo referente a la escala ORS, se identificó que la mayor parte de la muestra (70,7%), ingresó a psicoterapia con un valor promedio bajo el corte, es decir, presentaban malestar subjetivo en las distintas áreas que evalúa esta escala; posteriormente, un número mayoritario de participantes (75,9%) se ubicaron por encima del puntaje corte, es decir, alcanzaron cambios positivos en lo que respecta a su bienestar total a medida que las sesiones fueron avanzando. Esto implica que los psicoterapeutas de Centro MIP fueron efectivos en lo que refiere a que sus usuarios alcanzaran un aumento en la percepción de bienestar que tenían acerca de si mismos, alcanzando un cambio clínicamente significativo.

Respecto a los resultados de la escala SRS, se identificó que en la primera sesión los consultantes evaluaban en promedio con 36,1 puntos, es decir, justo sobre el valor de corte. Si consideramos las 405 sesiones puntuadas, solo el 21,7% puntuó bajo este valor. Durante las siguientes sesiones, el puntaje tendió a aumentar consistentemente, esto quiere decir que, sesión a sesión la alianza terapéutica fue fortaleciéndose y se lograron satisfacer los requerimientos que cada cliente esperaba obtener en sus procesos.

En cuanto a los facilitadores para esta investigación, en el esfuerzo de implementación, se observó curiosidad y una rápida adherencia de terapeutas y supervisores al uso de estas escalas de retroalimentación y relativamente pocas dificultades con su uso, esto en parte debido a que estos procedimientos eran discutidos, entrenados, supervisados y alentados a realizar de manera frecuente en el centro, aunque aún no sistemáticamente a través de alguna forma de registro escrito. En este contexto, el uso de las escalas ORS y SRS fue recibido como una herramienta considerada de gran utilidad, al servicio de los valores, creencias y procedimientos propios de la organización.

En cuanto a los factores que dificultaron la implementación del uso sistemático de retroalimentación y presentaron desafíos para este proceso fueron: (1) Ausencia de protocolos de almacenamiento y uso de datos, (2) Uso obligatorio de escalas, (3) Entrenamiento previo para el uso clínico de las escalas, y finalmente, (4) Renovación anual de terapeutas.

Gracias a la consideración de estos factores, se pudo comprender con esta investigación que las escalas en su uso clínico requieren entrenamiento específico para la indagación, el análisis y la toma de decisiones en relación con el proceso. Recibir retroalimentación desafía la mirada de quien provee un tratamiento. En este sentido, la retroalimentación coherente con la propia mirada es asimilada con fluidez. En cambio, cuando es discrepante con los supuestos o expectativas previas, muchas veces implica perturbación. Por tanto, incorporar evidencia desafía a estar atentos a lo que funciona, más que a lo que se valora.

Si quieres conocer más detalles de este estudio realizado por investigadores del Centro MIP, puedes ingresar al siguiente link y revisarla: https://terapiafamiliar.cl/producto/de-familias-y-terapias-n49/.

 

Texto por: Javiera Fernández Bruno
Ayudante de investigación.