Estas ideas fueron obtenidas de apuntes de la Charla «Los Beneficios del Mix entre Coaching y Psicoterapia» realizada los días 17 y 22 de enero de 2019 en Centro MIP, ambas lideradas por la directora del Centro María Inés Pesqueira; Paula Uribe, docente del Programa de Postítulo en Terapia Breve; y José Manuel Uribe, docente del Programa de Coaching Estratégico.

María Inés Pesqueira, fundadora del centro, cuenta la historia de que hace aproximadamente 15 años se encontró con la disciplina del coaching y que antes esta materia no estaba en el mundo de la psicoterapia, pero se dio cuenta que tiene algunas herramientas parecidas  y que ayuda mucho a las personas a cambiar y a formular objetivos.

Al formarse ella en esta disciplina, después impulsó la formación del equipo de profesionales que trabajan en el MIP creando un modelo de Coaching Estratégico con herramientas que vienen del mundo de la psicoterapia breve y con una integración en el mundo del coaching.

En relación a las expectativas de los asistentes a las charlas, podemos destacar el interés en el coaching por facilitar el planteamiento de objetivos y ayudar a cambiar a las personas en cierto tipo de conductas.

Otras personas indican que les interesa ver el puente que hay entre estas dos disciplinas y poder llevar las herramientas de una, hacia el otro lugar para ser más efectivos.

Muchas veces cuando se trabaja en psicoterapia y se utilizan herramientas de coaching, algunas personas dicen que les cuesta ver este hecho como un complemento, como un aporte válido y hasta se sentirían desleales con su profesión.  También se menciona el hecho de no saber cuándo aplicar una u otra intervención, sin sentir inseguridad por el resultado de esta decisión.

Al respecto, los docentes aclaran que lograr ese complemento entre estas disciplinas tiene que ver con el tipo de personas que se atienden.  Si se está frente a un paciente clínico, que está sufriendo, que tiene un diagnóstico, están las bases para saber que con ese paciente hay que trabajar desde la psicoterapia.  Sin embargo, en esta misma disciplina, muchas veces consultan personas que no tienen un cuadro clínico específico, que no requieren de un tratamiento especializado, aquí es donde las herramientas del coaching y la psicoterapia se pueden combinar.

El coaching es una herramienta poderosa para ayudar a las personas a ser mejores jefes, a trabajar con equipos, a tener un mejor liderazgo.  También es efectivo con los padres para guiar mejor a sus hijos y sacar lo mejor de ellos.  Para profesores, para ayudar a los alumnos a crecer, a escucharse y a ser quienes quieren ser en la vida.

Un aspecto que se debe tener en cuenta desde el lugar de la psicoterapia, es que en algunos casos el profesional puede favorecer hacia el paciente una mirada de que somos una posible “ayuda” para el otro, idea que puede tener un impacto en dos niveles:

El primero, es que las preguntas que se le harán al paciente en este caso, podrían ser desde cuándo o cómo está sufriendo, una mirada desde el dolor y en qué hay que ayudarlo. En cambio, si se piensa al otro, al paciente como alguien que quiere perseguir sus objetivos, las preguntas serán desde un lugar distinto, desde un lugar más abierto a las posibilidades.   Preguntas que tienen que ver con otro camino.

Segundo, como profesional tendremos que evaluar las herramientas del coaching porque el otro es un indicador.  Desde este lugar el o la terapeuta no es el que sabe cuando la persona está bien.  Hay que estar pendiente constantemente de cuánto el otro siente que le está sirviendo, hasta que siente que está listo.

Lo importante es el engagement -la participación activa del otro en el proceso- y en este sentido la actitud que nosotros asumimos al respecto.  Cuando el profesional se ubica por encima del paciente -como un experto- la actitud es muy diferente a la que se toma cuando no se le exige, sino que se cree que puede.

En terapia hay una especie de pensamiento de que el paciente necesita del psicólogo, necesita de su ayuda porque están en sufrimiento con alguna situación o limitación en la vida, o no pueden avanzar solos. Cuando las personas buscan ayuda es cuando están en un círculo vicioso y no saben qué hacer o no funciona lo que están haciendo.

En coaching en cambio, la gente viene porque quieren estar mejor, están caminando y quieren volar y esto implica una diferencia en la relación que tenemos como coaches o como psicoterapeutas y en terapia a veces tendemos a cometer el error de llevar a la gente de la manito, como si necesitara de ayuda, en cambio en coaching no quieren que los lleves de la mano, es otro que se la puede y no un pobrecito a quien ayudar.   La relación es más de desafío que de cuidado.

De acuerdo a la experiencia, podemos trabajar con personas con muchos logros, admirables, que piden ayuda a un coach y es importante saber que no es gente que necesita un psicoterapeuta.  Hay que darse la tarea de llevar a la psicoterapia ese lente que sirve para encantarse con los pacientes, entendiendo que pueden y que podemos favorecer el que se sientan orgullosos con lo que están haciendo.  Si nosotros podemos verlos así, ellos también podrán verse así.

La misión principal de un terapeuta o coach es ser el mejor espejo para ese otro, es reflejarle aquello que puede, aquello que admiramos de verdad.  Para esto usamos las distintas herramientas de otras áreas, porque lo que necesitamos es ser útiles aliviando y teniendo resultados, no tenemos por qué limitarnos ya que vamos a ser más efectivos si incorporamos otras herramientas.

Una de estas herramientas poderosas, son las preguntas presuposicionales. Son preguntas que se caracterizan por ser abiertas (no se responden con un sí o un no) y permiten generar nuevas respuestas.  Empiezan con Qué, Cómo, Cuándo, Dónde y Para qué.  Un coach las hace constantemente y el psicólogo tiene que integrarlas conscientemente a la sesión.

Estas preguntas abren campos de conversación, amplían posibilidades y van a buscar la solución y sobre todo van a sembrar algo en el otro, por ejemplo: ¿con qué recursos cuentas para lograr ese objetivo?

Las preguntas poderosas generan un vacío en la mente del otro y el cerebro trata de llenar este vacío con una respuesta.  Las mejores preguntas dejan al otro trabajando fuera de sesión y muy posiblemente después llega con la respuesta y desde la psicoterapia por lo general no nos entrenan para hacer este tipo de preguntas.  ¿De qué te sientes orgulloso/a? ¿Qué cosas disfrutas? ¿Para qué hablamos de eso?  ¿Qué de eso es importante?

Sin duda este tipo de preguntas llevan a l@s pacientes y a los coachees a un lugar muy distinto del que llegaron y abren nuevos caminos para trabajar en un proceso de coaching o psicoterapia.

José Uribe

Es publicista de profesión, cuenta con 10 años de experiencia como coach. Formado como Coach Estratégico en el MIP y como Coach Ejecutivo en Líder-Haz-Go. Es Coach certificado como ACC por la International Coaching Federation (ICF).
Es especialista en marca personal, branding, emprendimiento y liderazgo de equipos. Hoy es profesor del programa de Entrenamiento en Coaching Estratégico de Centro MIP. Es también fundador y director creativo de Watson Branding, consultora de estrategia e identidad de marca.